El pájaro y la escalera

Hace unos días afuera de la casa cayó un pájaro de su nido, y mi hija se dio cuenta corrió a levantarlo y llevarlo a nuestra recámara mientras aún estábamos medio dormidos en un domingo por la mañana.

Se acerca con una cara de preocupación, prisa, temor y un poco de eso cuando quiere que hagamos algo por ella de manera urgente.

En su puño dentro de una servilleta estaba una cosa con pocas plumas llorando que de primera no tenía forma, al poco tiempo vimos el pico y bueno ese piar venía en aumento como quien ha perdido a su Madre y tiene hambre y frío.

Mi hija me saca de la cama para ir a ver el nido, y efectivamente estaba a unos 4 metros de alto, la realidad es que no había forma de subirlo sino era con una gran escalera y con los riesgos que eso implicaba.

Poco más arriba quien supongo que era la mamá revoloteaba seguro pensando que nosotros sustraíamos a su criatura, que minutos antes había experimentado su primer vuelo fallido.

En ese momento le planteo dos opciones a mi hija, o masticas algunas lombrices y se las das machacadas en la boca, lo dejamos a su suerte (que seguro era muy poca) o lo subíamos a su nido.

Era una mañana que queríamos irnos ya a desayunar a algún lugar lejano para alejarnos del barullo pero ahora teníamos otro compromiso antes de hacerlo.

Me apresuré y empecé a buscar en los grupos de chat vecinal quién tenía una escalera larga para subir al poca suerte recién caído, en lo que en la mayoría se hizo el silencio.

Y alguno de los vecinos como tanto pasa en esta sociedad, decidió emitir su opinión (que nadie había pedido… a lo mucho pedí una escalera):

“Creo que es malo regresarlos no?? La mamá ya no lo va a querer”

A ver, veamos sus pobres opciones.

Lo dejo en la servilleta y seguro sin los alimentos adecuados en pocas horas o días morirá a menos que pase un milagro, estoy casi seguro que es sentencia de muerte.

O lo subo e intentemos que la madre lo reciba de nuevo y pueda desarrollarse y crecer.

Pero ese es el tema, nuestra sociedad se ha llenado de opiniones huecas, opiniones sin sentido, hablamos y opinamos por que tenemos boca (o dedos) pero nuestra aportación a la solución de problemas es nula, todos quieren ser parte de una sociedad activa por lo menos en opinión, pero pocos deciden salir buscar una escalera y subir al pájaro.

Moraleja: si te piden una escalera, llévala y sostenla mientras se suben en ella.

Evita hacer comentarios que no aporten nada a tu sociedad, a la vida positiva de los demás.

Participa activamente o guarda silencio, pues de activistas huecos ya tenemos mucho.

Por cierto, el pájaro en su nido muy feliz y la mamá ya lo está alimentando.